Buenas yoguis!

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Lo primero de todo, muchas gracias por la acogida que le habéis hecho al nuevo calendario de posturas que os compartí en el post anterior, para el mes de abril.
Ya sabéis que comenzamos este lunes, día 4, que compartiremos de lunes a viernes y que la principal intención al participar tiene que ser la de disfrutar de unos minutos con nosotros mismos.

Seguir un reto así ayuda a adquirir el hábito de practicar asanas a diario. La práctica de asanas es la forma más común de iniciarse en yoga, es la más cercana y sencilla, en principio.
Si bien de primeras hay que familiarizarse con las posturas e ir aprendiendo a escuchar al cuerpo al realizarlas, cuando ya se llevan unos días o semanas practicando es recomendable comenzar a prestar atención a nuestra respiración. Se podría hacer también desde el primer día, pero pueden resultar muchas cosas de golpe a prestar atención, así que lo dejo ahí, a vuestra elección.
Para comenzar a prestar atención a la respiración están las prácticas de Pranayama.
En yoga, el Pranayama es » la regularización de la energía vital (prana) a través del manejo de la respiración». En otras palabras, cuando se practica Pranayama se están realizando ejercicios de respiración que nos va a ayudar , aparte de a respirar de una forma más consciente y mejor, a focalizar e interiorizar mejor nuestra intención.

Dentro de los ocho caminos del Asthanga Yoga, Pranayama es el cuarto camino, o Anga, a tener en cuenta, después de Yama, Niyama y Asana.

Las prácticas de Pranayama tienen varios ritmos de inspiración, expiración y retención. Utilizando para ello el cierre de los diferentes bandhas; garganta, abdomen o perineo. Más adelante ya hablaremos de los bandhas o cierres energéticos.

Estas prácticas de respiración tienen efectos similares a las asanas. Control y calma mental, más consciencia corporal, ayuda a la relajación y a la concentración. Además nos preparan, por medio de una purificación interna y estableciendo un equilibrio, para que nuestra energía fluya a través de el cuerpo con total fluidez.

Lo ideal es aprender este tipo de ejercicios de la mano de un maestro.
Una vez el practicante ha comprendido Pranayama y ha recibido sus beneficios, ya puede continuar el camino del Yoga hacia otros niveles.

Hasta aquí, sería la teoría pura y dura de los libros de yoga, lo que los maestros nos cuentan.
Bien es verdad que la respiración es muy importante tanto en la práctica de las asanas como en la vida misma, sencillamente estamos vivos porque respiramos.

Pero, si bien estas prácticas más avanzadas no os las puedo compartir bien, ya que desconozco el planteamiento de la mayoría de ellas y no tengo demasiada práctica personal tampoco, sí que os puedo volver a recordar como comenzar a tomar consciencia de cómo respiramos.

De una manera muy sencilla y practicando durante unos pocos minutos antes de nuestra práctica de asanas, podemos poco a poco, ir tomando consciencia de cómo es nuestra respiración y ayudando a nuestros pulmones a mejorar su capacidad de almacenamiento de aire y funcionamiento.

Algo tan sencillo como, bien tumbados sobre la colchoneta o sentados con las piernas cruzadas en medio loto y colocando las manos sobre el vientre, comenzaremos a respirar profundamente notando como se hinchan nuestros pulmones al inspirar y como mengua nuestro cuerpo en la fase de expulsión.
Mientras realizamos esta sencilla práctica intentaremos que nuestra espalda esté lo más erguida posible, los hombros relajados, que no notemos ninguna molestia física. Nos centraremos en cómo entra y sale el aire por nuestras fosas nasales, cómo se nos llenan los pulmones e intentaremos imaginar cómo se realiza el intercambio de gases, para volver a expulsar el aire viciado. Intentando visualizar esta sencilla, y compleja a la vez, función de nuestro cuerpo que nos permite VIVIR.

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Con mantener el ejercicio unas veinte respiraciones lentas y tranquilas, o un minuto, como mínimo y siempre que estemos a gusto, será suficiente.

Además, si queréis, cuando ya hayáis practicado unas cuantas veces y lo hagáis con más naturalidad, os puedo recomendar que a esta pequeña práctica de respiración le deis una intención, focalizando vuestra actitud hacia algo que queráis reforzar en vuestro interior.
Puede ser una actitud que queráis reforzar en vosotros mismos (coraje, fuerza, actitud, constancia, etc.), puede ser algo que queréis dejar ir un sentimiento que os pesa, que os abruma ( tristeza, melancolía, enfermedad, enfado, rabia, etc. ).
Podéis hacerlo repitiendo mentalmente una pequeña frase en cada respiración, como un mantra que os va quedar grabado y que os va ayudar a reforzar o a superar esa situación que vuestro cuerpo necesita superar para avanzar.

Si os decidís a llevar a cabo esta pequeña práctica de respiración, os recomiendo que lo hagáis tranquilos, sabiendo que tenéis tiempo suficiente y que no vais a ser molestados por estímulos externos a vosotros mismos.
Podéis realizar la práctica de forma aislada, a cualquier hora del día, o bien antes de vuestra práctica de asanas, siendo así un refuerzo para que vuestra concentración y actitud sean las adecuadas a la hora de nuestra práctica física.
Y nada más por hoy, ya hemos desgranado un poquito más la teoría del yoga, de esta filosofía a la que tenemos ese anhelo por conocer mejor y por trasladar a nuestro día a día.

Espero que os haya gustado, que lo lleves a la práctica y muchísimas gracias por estar ahí cada día!

Disfrutad del fin de semana no olvidéis practicar un poquito!

Blanca